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Sistema linfático


El sistema linfático en los animales es una red de conductos que transportan un líquido claro llamado linfa (del latín, agua clara). También incluye el tejido linfoide y los vasos linfáticos, a través de los cuales la linfa se desplaza por un sistema de una única dirección en el que la linfa fluye solo hacia el corazón. El tejido linfoide se encuentra en muchos órganos, especialmente en los ganglios linfáticos y en los folículos linfoides asociados con el sistema digestivo, como las amígdalas. El sistema también incluye todas las estructuras dedicadas a la circulación y la producción de linfocitos, como son el bazo, el timo, la médula ósea y el tejido linfoide asociado con el sistema digestivo.


El sistema linfático como lo conocemos hoy fue descrito por primera vez de forma independiente por Olaus Rudbeck y Thomas Bartholin.

La sangre no entra directamente en contacto con las células del parénquima y los tejidos corporales, sino que los componentes de la sangre salen a través de vasos sanguíneos en un intercambio microvascular para convertirse en el líquido intersticial, que entrará en contacto con las células del parénquima del cuerpo. La linfa es el líquido que se forma cuando el fluido intersticial entra en los vasos linfáticos iniciales del sistema linfático. La linfa se mueve entonces a lo largo de la red de vasos linfáticos ya sea por las contracciones intrínsecas de los vasos linfáticos o por la compresión extrínseca de los vasos linfáticos a través de las fuerzas tisulares externas (por ejemplo, las contracciones del músculo esquelético).

ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA LINFÁTICO


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Sistema linfático
El sistema linfático se puede dividir ampliamente en dos partes: sistema de conducción y tejido linfoide.

El sistema de conducción transporta la linfa y se compone de vasos tubulares que incluyen los capilares linfáticos, los vasos linfáticos, y los conductos torácicos izquierdo y derecho.

El tejido linfoide está principalmente involucrado en la respuesta inmune y consiste de linfocitos y otros leucocitos enredados en el tejido conectivo a través del cual pasa la linfa. Las regiones del tejido linfoide que están atestadas de linfocitos se conocen como folículos linfoides. El tejido linfoide puede estar estructuralmente bien organizado, como en los ganglios linfáticos, o puede consistir de folículos linfoides poco organizados conocidos como tejido linfoide asociado a la mucosa (TLAM).

Tejido linfoide


El tejido linfoide asociado con el sistema linfático se ocupa de las funciones inmunes en la defensa del cuerpo contra las infecciones y la propagación de tumores. Se compone de tejido conectivo con varios tipos de glóbulos blancos atrapados en él, siendo más numerosos los linfocitos.

El tejido linfoide puede ser primario, secundario o terciario en función de la etapa de desarrollo y maduración de los linfocitos implicados. Los órganos linfoides primarios o centrales generan linfocitos a partir de células progenitoras inmaduras. Los órganos linfoides periféricos o secundarios mantienen linfocitos maduros nativos e inician una respuesta inmune adaptativa. Los órganos linfoides periféricos son los sitios de activación de los linfocitos por el antígeno. La activación conduce a la expansión clonal y a la maduración por afinidad. Los linfocitos maduros recirculan entre la sangre y los órganos linfoides periféricos hasta que encuentran su antígeno específico.

El timo y la médula ósea constituyen los principales tejidos linfoides que participan en la producción y selección precoz de los linfocitos. El tejido linfoide secundario proporciona el entorno para que las moléculas nativas alteradas o extrañas (antígenos) puedan interactuar con los linfocitos. El tejido linfoide terciario normalmente contiene bastantes menos linfocitos, y asume un papel inmunológico sólo cuando son estimulados con antígenos que dan lugar a inflamación (adenopatía). Esto se logra mediante la importación de linfocitos desde la sangre y la linfa.